Trasladadas a modo de souvenir a los Estados Unidos,
sufrieron su evolución, ya que como prenda esencialmente femenina en ese
entonces la moda era muy recatada, no estando bien visto mostrar la piel.
Hoy en día no queda duda que resulta un calzado
excesivamente cómodo – sin distinción de sexo - para estar en casa, para
asistir al mar o playa, lago, piscina, en los períodos de verano e inclusive ir
de compras y en general para citas informales.
Aprendido lo anterior, hago un alto para recordar otro uso y
no necesariamente educativo cuando se utilizaba para al menos amenazar con “… ¡cómo te vueltas a portar mal en la
escuela o reciba otra queja de tú profesora, te voy a dar un chancletazo!”,
blandiendo la madre o el padre el objeto “intimidatorio”.
En las redes sueles encontrarte, donde
hay quienes expresan que la Educación en el hogar, era mucho mejor que la
actual, donde los niños y jóvenes respondían mejor a las amenazas (aunque había
quien se excedía, hecho que no comparto a pesar de haber sido afectado alguna
que otra vez, quedando las huellas indelebles – como recuerdo temporal – o
alguna que otra modalidad de castigo: no salir, no ver tele, etc.
Por supuesto que no tenía conocimiento
ninguno acerca de los derechos humanos, ni mis padres tampoco, pero de que cuasi, entiéndase “semejanza
o parecido con lo denotado por ellos, aunque sin llegar a tener todas sus
características” me educaba, la respuesta es Sí.
Obviamente este artículo no pretende
promover una cultura a la violencia o apología al delito, para educar, pero sí
en su momento constituyó (¿o sigue constituyendo?) un “instrumento educativo”
Pero el planeta evoluciona, los tiempos
cambian y con relación al origen del calzado mencionado, lo que utilizábamos
esencialmente para actividades donde el traslado resulte cómodo, pasa a ser
algo cotidiano, cuando nos encontramos en teleclase o trabajando bajo la
modalidad remota o virtual.
Más cuando nos sentamos (¿o “sembramos”?) a preparar las clases en una combinación cuaderno - computadora u ordenador, para posteriormente ser impartida dedicando en lo pre y los pos unas ¿12 – 14 horas diarias?, interrumpida por factores externos según las condiciones mínimas en el hogar con se cuenten, ya que ¡estás en casa!, donde el rol “mágico” de docente puede desaparecer en cuestiones de segundos.
De aquí la necesidad de laborar lo más cómodo posible donde del torso hacia arriba, camisa, blusa, saco; debajo pantalón o falda (Nota: Prever la posibilidad de levantarse) y tras bambalinas o realmente debajo del escritorio o mesa del comedor “disfrute” de un excelente calzado: babucha, chinela, chancleta, chancla, zapatilla, o pantufla.
[1]
Segunda guerra mundial: Abarca el período 1939-1945; aunque el origen de las
mismas se remonta a 2.500 antes de Cristo, cuando los habitantes de Mesopotamia
las inventaron para evitar pasar calor y caminar mejor. Tenían la suela de madera y la tira era de papiro
o esparto, y estaban reservadas solo para las clases altas y a los actos
ceremoniales.
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