lunes, 31 de marzo de 2025

Hacerse un rollito

Busco como siempre en mi amigo el diccionario – para tratar de dar una mayor objetividad al tema que abordaré, encontrándome diversas acepciones o usos (coloquiales) a la palabra rollo: 1. Objeto cuya materia toma forma cilíndrica; 2. Bollo o pan en forma de rosca; 3. Discurso largo, pesado y aburrido; 4. Mentira, historia inventada o falsa; 5. Relación amorosa, generalmente pasajera; 6. Pliegue de gordura; 7…,

Y pudiéramos citar muchas más, pero en esta ocasión, tomando algo así como la opción 1., donde hago referencia a la posición que pudiéramos tomar cuando hace un poco de frio, donde no nos cubren lo suficiente las piezas de ropa u otras para cubrirnos.

Solemos arquear un tanto nuestro cuerpo tratando de esconder nuestro cuello, (como si fuésemos tortugas), cruzamos los brazos; los manos se ubican bajos las axilas tratando lo mayor posible en evitar la baja temperatura y en el peor de los casos acompañado de vientos helados, haciéndonos prácticamente un rollo.

En los días helados, suelo correr un poco la puerta, con el propósito de que entre aire (frio) fresco, tratando de buscar un equilibrio de grados (Celsius o Fahrenheit) en el interior de la casa, acompañado de un té previo añadirle un sobrecito de azúcar sin calorías de modo tal que me caliente un tanto ‘el alma’ y creada las condiciones, visualizar alguna serie o película, muchas de las cuales posteriormente me dan elementos para ‘alimentar la musa’.

Por supuesto no estoy solo, a mi lado se ubica Nina que presta atención – estirando su cuello en señal de alerta - cuando ve en la televisión algún miembro de su familia (cánidos)[1] y de su especie (Canis lupus familiaris)[2] o algún sonido como es el ladrido o aullido o bien cuando suena un celular (¡Increíble, pero cierto!)

Nina es efectivamente una de mis mascotas (Cocker Spanish) de siete años, pero es muy pequeñita de tamaño, delgadita - apenas unos 10 kilogramos – y que no me pierde pie ni pisada, donde voy ahí va; pero volviendo al tema del frio, donde el ser humano es capaz de resistir una temperatura ambiente entre cero y menos 10 grados Celsius, por supuesto bien protegido, en el caso de las mascotas y en particular los canes[3] aguantan hasta 7 grados.

Temperaturas que nos obligan o comprometen a abrigarnos tratando de conservar el calor del cuerpo humano y el perruno, ¿cómo?, sencillamente enrollándonos, que en el caso de estando en cama o nos cubrimos con mantas y que, a pesar de ello, diría que casi, casi nos enrollamos – los humanos – tomando una posición fetal.

¿Y en el caso de los canes? Entre varias, ¡una de ellas es en forma de ovillo, bola o rollo (!BINGO!), donde se rodean a sí mismos con la cola, se acurrucan, para retener mejor el calor corporal.

Luego, ¿quién imita a quién? ¿El can al humano o viceversa? Si bien se recoge en la historia que el lobo gris (Canis lupus) fue la primera especie que dio lugar a una población doméstica y estuvo presente en la mayor parte del hemisferio norte durante la última Edad de Hielo, - cohabitado también por el hombre -, no queda dudas que ambas especies de forma independiente, buscaron su propia respuesta: hacerse un rollito.



[1] Los cánidos (Canidae) son una familia de mamíferos del orden Carnívora, de régimen carnívoro u omnívoro. Abarca a lobos (incluyendo perros), dingos, zorros, coyotes y chacales.

[2] Mamífero carnívoro/omnívoro depredador de la familia de los cánidos, es una subespecie del lobo (Canis lupus).

[3] Las razas más grandes y medianas pueden aguantar hasta los 4 grados de temperatura, que ya empieza a resultar peligrosa para la gran mayoría de perros.

lunes, 24 de marzo de 2025

¿Estudiantes rebeldes?

Para muchos será desconocido, para otros familiares la afirmación ¡Soy rebelde![1], considerada una balada, muy melosa, por cierto, posiblemente para la época (década de los 60 – 70, siglo pasado) relacionado con un entorno social complejo donde la juventud luchaba por promover la liberación femenina en la moda, permitir la libertad de expresión, eliminar el racismo tan arraigado en la sociedad norteamericana, y poner fin a la guerra de Vietnam entre otros.

Por supuesto no podía faltar ser manifestado en el campo de la música, siendo muestra de ello el concierto de Woodstock en E.U (1969) y Avándaro en México (1971), demostrando que la juventud sabia convivir y disfrutar pacíficamente en eventos multitudinarios sin ningún tipo de problemas o hechos violentos.

¿Algunas manifestaciones o evidencia en cuanto a comportamiento de una persona rebelde? Desobediente, indisciplinado, indómito, indomable, indócil, insumiso, díscolo, inconformista, contestatario, reacio.

Actitudes que aparecen cuando la forma de actuar, transita entre el desprecio y el no tener en cuenta los derechos de los demás, manifestando comportamientos no cooperativos, desafiantes, negativos, irritables y enojados hacia los padres, compañeros, maestros y otras personas en posición de autoridad.

Fragmentos de la letra de la canción Soy rebelde, «Yo, soy rebelde porque el mundo me ha hecho así, porque nadie me ha tratado con amor, porque nadie me ha querido nunca oír»; «Yo, soy rebelde porque siempre sin razón, me negaron todo aquello que pedí y me dieron solamente incomprensión».

La rebeldía – no dudo que hayamos tenido estudiantes asi -, surge en la pubertad (12-14 años) como mecanismo de defensa de una personalidad insegura que necesita autoafirmarse. Nace del miedo a actuar tras salir de la dependencia de la infancia. Los momentos de ingenua prepotencia se alternan con los de reclusión en sí mismo.

En la adolescencia inicial la rebeldía es un rasgo de inmadurez abierto a una posible madurez posterior que puede alcanzar la categoría de virtud, actitud que puede resultar ambivalente, entiéndase producirse con causa y sin causa; por algo que vale la pena o por algo intrascendente; para ayudar o para obtener una ventaja personal (la propia conveniencia)

Fragmentos de la letra de la canción Soy rebelde, «Y quisiera ser, como el niño aquel, Como el hombre aquel que es feliz».

En la adolescencia media (14-16 años) se produce una crisis interna o de personalidad que se manifiesta como inconformismo radical. Puede conllevar actitudes agresivas. El adolescente se siente mal por dentro y proyecta su insatisfacción contra padres y profesores.

En cambio, en la adolescencia superior o edad juvenil (a partir de los 17 años), fase del “despertar del yo mejor” y de los grandes ideales, suele surgir una rebeldía más evolucionada, llamada “progresiva”. Es la que “se siente como deber más que como derecho. No es propia del asustado, ni del débil, ni del amoral. Es, al contrario, el signo del que se atreve a vivir, pero quiere vivir dignamente; del que sabe soportar el peso de la realidad, pero no el de la injusticia; del que acepta las reglas de los hombres, pero las discute y critica para mejorarlas”

Fragmentos de la letra de la canción Soy rebelde, «Y quisiera dar, lo que hay en mí, todo a cambio de una amistad, y soñar, y vivir y olvidar el rencor».

La rebeldía es el deber y la virtud fundamental de la juventud. La actitud rebelde debe mostrarse tanto en la vida privada como en la vida pública: “Siendo el estado actual de las sociedades una estructura transitoria necesitada de constante renovación, la fuerza legítimamente impulsora de ese cambio tiene que ser la juventud. Con los años el espíritu se endurece para las injusticias; se acaba por aceptar lo que de joven era incomprensible”.

Fragmentos de la letra de la canción Soy rebelde, «Y cantar, y reír, y sentir solo amor».



[1] «Soy rebelde» correspondió al título de la canción interpretada por la cantante hispano-británica Jeanette, lanzada en el año 1971. En España, según el listado musical Clasificación Nacional del Disco debutó en el puesto 11 el 24 de noviembre de 1971. Figuró en la posición uno el 5 de febrero de 1972 en la revista Billboard en el listado "Hits of the World" - España y al finalizar 1972 se ubicó en el puesto siete de la lista de fin de año así como en el puesto quince de las canciones con más de veinte semanas en el listado musical español.

lunes, 17 de marzo de 2025

Quijo/Sancho

¿Quijo diagonal Sancho? Me conduce a una primera propuesta de analizar la relación entre ambos personajes de la clásica y famosa Novela de Miguel de Cervantes, El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha: Don Quijote y Sancho Panza.

Su relación entre ambos, ¿complementaria?, ¿subordinados?, ¿dependientes?, interrogantes que nos lleva a analizar el rol de cada uno de ellos – por supuesto en la novela[1] - comenzando por el más bajito en cuanto a altura: Sancho.

Sancho se destaca por su realismo, simplicidad y sus instintos básicos humanos, que poco a poco va conociendo a su amo y adaptándose a su manera de ser, estudiándolo hasta llegar a manipularlo, influyendo en sus decisiones y acciones, siendo un analista de su comportamiento e inclusive quijotizarse, para poder predecir todas las posibles respuestas de su amo.

Por ejemplo, (en el capítulo XX de la primera parte de la obra) Sancho ata las patas de Rocinante para que don Quijote no pueda avanzar en la oscuridad, porque él (Sancho) teme y ve que su amo que está muy entusiasmado por la posible aventura, lo deje solo, tratándolo de inducir que no se marche: «…Señor, yo no sé por qué quiere vuestra merced acometer esta tan temerosa aventura; ahora es de noche, aquí no nos ve nadie; bien podemos torcer el camino y desviarnos del peligro, aunque no bebamos en tres días; y pues no hay quien nos vea, menos habrá quien nos note de cobardes…»

Don Quijote (cuyo nombre es Alonso Quijano) no cede, pero Sancho, siendo perseverante ata con el cabestro de su asno ambos pies de Rocinante, provocando su inmovilidad, pero avalando su conducta con una inventada historia ficticia «Ea, señor, que, por el cielo, conmovido de mis lágrimas y plegarias, ha ordenado que no se pueda mover Rocinante; y si vos queréis porfiar, y espolear, y dalle, será enojar a la Fortuna y dar coces, como dicen, contra el aguijón». Don Quijote – que cree en los encantadores -, obedece y espera hasta el amanecer.

Otra muestra del control de Sancho sobre Don Quijote, lo es (capítulo X de la segunda parte) cuando ambos están cerca del Toboso, el pueblo donde vive Dulcinea, y don Quijote le pide que le envíe a la bella joven – creación imaginaria del amo - un recado, para lo cual crea un nuevo relato para engañarlo, haciendo lo real en ficticio para darle el gusto a su amo.

¿Acaso la imaginación del luchador contra los molinos de viento, está realmente loco? Al parecer sí, considerándolos como gigantes con quien combatir «desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas»; locura que enriquece cuando argumenta que las mulas de los religiosos eran dromedarios, y las manadas de carneros ejércitos de enemigos.

Locura que Cervantes le aduce por su compulsiva lectura de libros de caballería, de noche y de día «…y así del poco dormir y del mucho leer se le secó el cerebro de manera, que vino a perder el juicio», algo así como delirio de interpretación o paranoia, en que se ve a sí mismo como caballero andante.

Una novela que mientras se narra la historia, se entremezclan otras muchas con el propósito de distraer la atención de las intrigas principales, donde no faltan las divertidas y amenas conversaciones entre caballero y escudero, en las que se percibe cómo don Quijote va perdiendo sus ideales progresivamente, influido por Sancho Panza. Por el contrario, Sancho Panza va asimilando los ideales de su señor, que se transforman en una idea fija: llegar a ser gobernador de una ínsula. Por lo visto Sancho, no era tan escudero.



[1] El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha, es la obra más conocida de Miguel de Cervantes Saavedra. Publicada su primera parte con el título de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha a comienzos de 1605, es una de las obras más destacadas de la literatura española y la literatura universal, y una de las más traducidas. En 1615 aparecería la segunda parte del Quijote de Cervantes con el título de El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha.

lunes, 10 de marzo de 2025

El día que se paralizó la Tierra.

Era muy pequeño - pero indiscutible y posiblemente de todos los menores de la casa, a lo que le sumo hoy en día aún más dado el acceso a cientos de páginas relacionadas con el tema – me encantaba conocer por el mundo extraterrestre (ovnis, monstruos, platillos voladores, etc.), y con ello la afinidad al mundo del celuloide[1], la cual sigo siendo un admirador, diría que un verdadero cinéfilo.

La película[2] a la que hago colación se llama justamente como el título del artículo de hoy, cuya síntesis (+ o -) es la siguiente: La llegada al planeta Tierra de un objeto volante no identificado (OVNI), que aterriza en un parque, y que al ser informado por radio y televisión desata el pánico entre los ciudadanos.

Del interior de la nave surge una figura antropomorfa vestida con una ropa de apariencia metálica, y tras él sale un robot de tres metros de altura llamado Gort; al parque al cual asisten cientos de militares armados, tanques, se alistan para repeler un posible ataque por parte del extraterrestre, sin embargo su misión (la del visitante) es impedir que los terrestres inventen armas nucleares más poderosas que la bomba atómica, con lo que llegarían a suponer tal amenaza para el resto de los planetas habitados que estos se verían obligados a destruir la Tierra y que para confirmar su misión, como advertencia, haría algo muy llamativo, pero sin dañar a los humanos.

¿La misión? Quitar la electricidad del mundo (excepto los sistemas vitales) en coches, trenes, barcos, electrodomésticos, semáforos, todo lo que funcione con electricidad, cuya dirección será por 30 minutos. transcurrido ese lapso, todo volvería a la normalidad.

¿Qué hacer en 30 minutos, hoy en día sin electricidad? Lo primero: guardar el celular, guardarlo, evitando con ello que estén a la expectativa de si ya vino la luz; lo segundo: dependiendo de la hora, (luz natural o artificial), salir al patio de la casa o área que permita reunirse la familia y… conversar e inclusive ingerir alimentos, sencillamente como ¡Dios manda! (¿?): papá y mamá sentados a la mesa la cual ha sido alistada con antelación (cubiertos, vasos, servilletas, etc.), los hijos llevan los alimentos, indagando si lo servido es correcto o no a cada usuario; decíamos conversar (¿sobre?) que tal la escuela, los docentes, las relaciones de amistad, planificar alguna actividad conjunta (donde esté toda la familia).

Los padres – dada la alta carga de trabajo laboral de ambos – referirse a la necesidad de realizar una redistribución de los quehaceres domésticos, más allá de la intensidad de estudio que tengan cada uno de ellos e inclusive en función de los tiempos los mayores, llevar y traer a los menores a la escuela, así como atenderlos en el hogar; en el caso de los hijos (as) que laboren, asumir costos de ciertas actividades, aunque sean básicas.

Ah caramba, ya voy por el minuto 29, me quedan 60 segundos…, ¡Algo importante!, que no puede faltar: comuniquémonos más, los problemas que tengamos, conversémoslo ¡EN VIVO!, nada de celular, que si fuese el caso (extremo, reitero EXTREMO) vía internet (zoom, meet, etc.); problemas en

búsqueda de soluciones, y que si no los hubiese, aunque sean por corto tiempo, nos saludemos, ¡buenos días!; ¡mami no te preocupes, ¡hoy voy a cocinar yo!; ¿Qué tal si esta noche, vamos al cine o vemos la película JUNTOS? Nota: No importa, pueden ir los novios.

Nota recibida de un docente: … pudieran por favor extender el no uso del internet por 23 horas, y en el caso de la hora que falta, para que realicen las tareas. ¡Gracias!



[1] En 1889, Kodak patentó la producción de una película de celuloide recubierta de una emulsión fotográfica que sería el inicio de la fotografía instantánea, y de la cinematografía.

[2] Película estadounidense de 1951 del género de ciencia ficción, basada en el cuento de Harry Bates “El amo ha muerto” (Farewell to the Master, 1940). Considerada una de las obras de ciencia ficción más influyentes de la edad de oro del cine; Fue galardonada con el premio Globo de Oro 1952 a la mejor película promotora del entendimiento internacional. 

lunes, 3 de marzo de 2025

¿Sensores?

No queda duda que vivimos en mundo tecnológico ¿que nos domina?, que al parecer los docentes - una parte ¿significativa? – nos preocupa la casi adicción de nuestros estudiantes (e hijos, nietos inclusive) como un elemento distractor que los ‘distancia’, en el momento que estamos dando clases.

Lo cual puede ser perfectamente superable en la medida que el docente pueda dirigir o reorientar dicho medio tecnológico a la enseñanza misma; indagar, investigar acerca de un tema, jugar, etc.

Pero, ¿y fuera del aula? En el campo de la tecnología y en particular en el uso de sensores sencillamente rodeados, los cuales, ante una imprudencia, un desorden, una alteración surge una alarma la cual nos sorprende y en el mejor de los casos nos desvía la atención.

Un reloj (inteligente) que cuenta con múltiples herramientas para ver nuestro comportamiento biológico en cuanto a latidos del corazón, presión sanguínea, calorías consumidas, calidad del sueño, oxígeno en la sangre, peso, estrés…. ¿estrés?, evidencias que, si bien su buena intención es mantener una adecuada salud, un poco que te genera ¿preocupación, pánico, estrés…? Y para colmo respaldados por pantallas que se encienden acompañados de tonos… siendo reincidentes de no hacerle caso.

Qué decir del universo de cámaras digitales que suelen controlarnos en nuestro andar cotidiano en buses, al caminar, que, si bien resulta una medida para el control de las infracciones en el caso del transporte, también resulta como una contramedida para el caso de los ‘amigos de lo ajeno’.

Casualmente hablando de vehículos me contaba un amigo que en el suyo – de reciente adquisición - este contaba con múltiples sensores que le indicaban: ha llegado usted a su ¿trabajo?, ¿casa? … y para colmo cuando observa a su alrededor todo le resulta desconocido… ¿puso mala dirección?, ¿se equivocó el GPS (Sistema de Posicionamiento Global)?; otros que indican ¡…viene alguien por la izquierda!, ¡El auto de adelante ha acelerado…!, ¡Cuidado el semáforo está parpadeando para poner la roja… cuidadooo!, para colmo entra un mensaje: ¡Estimado conductor usted ha sido multado por violar el artículo…! ¿Estrés?

Si va a pagar el estacionamiento, inserta su tarjeta que le indica un montó en función de su estancia, donde la ‘máquina’ ‘dialoga con usted’: Por favor inserte su Número de Identificación Tributaria (NIT) …; solo se permiten billetes de … Nota: si el billete tiene un doblez pequeño, este le es retornado, lo que le ocasiona ¿estrés?, la búsqueda en la billetera…apurado…otro billete igual, no encuentra, otro billete de otra denominación…, ‘disculpe, pero no tengo cambio…’

Llegas al auto… ¿tenso?, solo tienes 15 minutos para salir de donde te encuentras, que de no ser así la barra que debe levantarse al insertar tu tarjeta como comprobante de pago, no cambia de color manteniendo su horizontalidad acompañada de una línea roja discontinua, en señal de alto.  

Cuentas hasta tres, respiras hondo, muy hondo…no tienes de otra que hablar con la máquina…con cordura, no alterarte, Nooo… «mire… ¿qué le dices joven, máquina...Sra., sr…? Nota: Por supuesto su rostro no es identificable (algo así como anti género), ¿cómo es posible que no se levante la barra para poder salir, sino consumí el tiempo establecido en el parqueo?»; responde ¿ella, él?: «lo siento, pero debe volver a pagar, usted entró a las … y salió a las…», «Ah y no se estrese, por favor…»

Nota: Cualquier semejanza con la vida real, es pura coincidencia.

lunes, 24 de febrero de 2025

¡Hola!

Temprano en la mañana cuando voy en búsqueda del pan acabadito de salir del horno – el cual suelo oler desde que voy llegando a la panadería, paralelo a ello comienzo a salivar como el perro de Pavlov[1] - a pesar del frío mañanero, suelo saludar a las personas que se trasladan en sentido contrario, con unos buenos días, donde en la mayoría de los casos recibo la misma respuesta.

Por supuesto que saludar, entiéndase «acto comunicacional en el que una persona hace notar a otra su presencia, generalmente a través del habla o de algún gesto», me lo enseñaron mis padres como una norma de educación; acción que se extiende en muchas ocasiones a un abrazo en determinadas religiones como es el caso de la católica, recogido en la Biblia en el Salmo 91:4, que describe «a Dios como un refugio seguro, donde encontramos protección bajo sus alas. El relato del hijo pródigo también ilustra la inmensa compasión y amor incondicional de Dios, que siempre está dispuesto a recibir a sus hijos con los brazos abiertos», el cual se evidencia comúnmente en las misas al concluir estas, donde las personas contiguas suelen abrazarse.

En el ámbito de la fe religiosa en familias – extensible al árbol genealógico - de hijos a padres, sobrinos a tíos, ahijados a padrinos y nietos a abuelos – es muy usual el que «Dios te bendiga», utilizado para bendecir a los demás, respondiéndose con un «Amén».

El saludo suele extenderse a otras manifestaciones tales como al despedirse con un adiós (cuyo significado es A Dios o que la persona esté con Dios), buenas /tardes/noches se utilizan en contexto formal y como un modo cortés de saludo; pero también suele darse en ‘combo’ aunque un tanto más particularizado – entre amigos y familiares – saludo + abrazo o bien estrechón de manos entre hombres y en el caso de las féminas (no excluyente a los hombres) con un beso (o dos) amistoso en la(s) mejilla(s) al  momento de conocerse.

No podemos obviar otras expresiones como son al despedirse siendo el caso de «adiós», «hasta pronto», «hasta luego», «hasta la vista», «nos vemos», ciao, chao o chau, etc.; Y si de amor se trata, se usan normalmente expresiones tales como «te quiero», «te amo», «te adoro», entre otras muchas.

Una particularidad o modalidad que suelo emplear – aunque tengo mi duda – es felicitar a las personas conocidas o no en el ámbito cuando son promovidos, inicio o culminación de estudios y en los cumpleaños y ¿por qué se preguntara? Tal vez el motivo básico es suplir la carencia de afectos que los humanos necesitamos.

Acaso - volviendo al primer párrafo, sí el del pan – donde suelo saludar a las personas tempranamente las respuestas en ciertas ocasiones se evidencian con una leve sonrisa producto de la contracción del músculo cigomático que jala las comisuras de los labios hacia arriba y hacia los lados, lo que da como resultado una sonrisa mutua.

Vivimos rodeados de problemas – quien no lo sienta así, que ‘lance la primera piedra’, perdón NO, porque ocasionaría uno – unos propios, otros ajenos, luego la opción de un Hola y sus sinónimos: ¡Buenas!, buenos días, buenas tardes, buenas noches, encantado de conocerle, encantado de saludarle, es un placer saludarle, ¡Hey!, ¡Qué gusto verle!, ¿Qué pasa?, ¿Qué tal?   y otros, unos formales y otros informales.

En fin todos ellos responden a normas de conducta y por otra parte a una especie de paliativo, que al menos por unos segundos nos haga sentir mejor: ¡Ciao!



[1] El experimento del perro de Pavlov es uno de los experimentos más conocidos en la ciencia del comportamiento. Iván Petróvich Pávlov (1849 – 1936) científico ruso, laureado con el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1904.

lunes, 17 de febrero de 2025

¿Quién manda en la casa?


Mi madre una persona muy luchadora, trabajadora, - aún viva, muy longeva – la vimos desde pequeño liderar la organización del hogar, nuestra educación, inculcarnos los mejores valores, con conocimiento de causa que era la familia responsable de hacernos personas de bien a pesar de vivir en un mundo donde predominaba el patriarcado[1] - sistema social y político en el que los hombres tienen el poder y dominan a las mujeres y a los niños -,  pero en mi hogar, era ella quien ‘llevaba los pantalones'.

Sus orientaciones eran órdenes – hacer la tarea de la escuela, dejar el uniforme listo para el día siguiente, rezar antes de dormir, etc. -; que ya siendo creciditos a pesar de no tener una preparación académica (a duras penas un sexto grado), nos delegaba las tareas domésticas sin importar el género: todos (4 hermanos, tres varones, una mujer) debíamos planchar, lavar y limpiar, que cuando fallaba la energía eléctrica había que cargar los cubos o baldes de agua a un segundo piso o planta. 

Ya en el caso de las compras en la pulpería o bodega, carnicería, – quien estuviera de ‘turno' la acompañaba a cargar, y sí su tarea era revisar la calidad del producto, por lo visto un ejemplo de poseer un rol hegemónico hogar – educación, como parte de un matriarcado ‘local'.

Mi padre – ya fallecido – un ejemplo de trabajador excepcional, disciplinado, honesto, responsable, exigente, a pesar de no haber asistido a la escuela, y lo aprendido sencillamente empírico, ávido en las cuentas, así como en su profesión: un buen día compró un libro que le costó una millonada (para su bajo salario) y que apoyándose en las ilustraciones así como en las ‘recetas', la preparación de sus tragos y bebidas como barman le permitió el darnos un hogar, poder asistir a la escuela, así como garantizarnos la alimentación.

En cuanto a exigirnos y formarnos con los mejores valores, ética, disciplina, y hacernos entender – de manera decidida y sin hacer concesiones, es decir a ultranza – que lo quisiéramos alcanzar dependía del esfuerzo de cada uno de nosotros, una vez alcanzada la emancipación.

Por supuesto – aunque pongo en duda – que, dada su poca preparación escolar, no supo lo que era ‘machismo’ y mucho menos patriarcado, su visión era trabajar, trabajar y echar pa’ lante, sin importar si mi madre mandase o no.

¿Herencia por parte de mis abuelos, por parte de padre? Tal vez, gente de campo, sin preparación alguna que pertenecían a una generación que el rol de la madre de ese entonces era parir, con el propósito que ayudasen a las labores agrícolas; ¿Y en el caso de los abuelos, por parte de madre? La procedencia del sector agrícola igual, lo de parir, parecido, pero…al menos mi madre supo ajustarse la faja, cinto o cincho y tomar las riendas de la casa.

Décadas después, ¿habrá cambiado la cultura de hoy en día, de quien rige el destino del hogar? En estos momentos me estoy rascando la cabeza en señal de no tener una respuesta concreta al menos en los países de habla hispana, es más me voy a las estadísticas[2] y encuentro que, en América Latina y el Caribe hay 655 millones de personas, de las cuales 332 millones son mujeres. Si consideramos a las mujeres en edad de trabajar (entre 15 y 64 años) un 58% son económicamente activas, lo que significa que alrededor del 29% del total de la población de México hasta Argentina son mujeres con un empleo remunerado, en resumen: independencia, trabajan, datos que son mucho más esperanzadores en cuanto al rol de la mujer, emprendedora, … con relación a igual período del siglo pasado.

Al menos (en secreto): en las redes circulan muchos memes de hombres que reflejan que la balanza se inclina hacia las féminas…, hasta se quejan (bajito)

Y para muestra un botón – desplazándonos un poco atrás en la historia -, Isabel la Católica en España, María I de Escocia, Isabel I de Inglaterra, Catalina I de Rusia, o la reina Victoria de Inglaterra, mujeres que gobernaron en las denominadas sociedades patriarcales…

Y concluyo: en su casa manda… por lo visto, no se escucha nada.



[1] El término significa literalmente "gobierno de los padres".

[2] Según cifras del Banco Mundial, tomado del periódico El PAIS. Octubre 2023.

lunes, 10 de febrero de 2025

La curiosidad mató… al gato.

Yo soy curioso, tú eres curioso, él es curioso, ella es curiosa, nosotros somos curiosos, vosotros soy curiosos, ¡Todos somos curiosos!, afirmaciones que parecen o suelen ser verdad cuando sencillamente nos inclinamos a enterarnos de cosas ajenas o– para no parecer chismoso -, mejor mencionaría a aprender lo que no se conoce.

Es alto tan real que los niños y niñas pregunten “…papá, abuelo…y por qué, y por qué…” (hasta la insania), y resulta lógico, por el afán de descubrir el mundo que les rodea, por ejemplo, a los bebés que, durante las primeras semanas le llaman la atención los patrones en blanco y negro, así como cuadrados, líneas, ya que poseen mucho contraste, asi como por colores vivos e intensos.

Recuerdo de un amigo – hoy en día un gran investigador en el campo del mundo submarino – que cuando pequeño le encantaba visualizar el comportamiento de los reptiles, mariposas, pero inclusive hasta llegar al estudio de la anatomía de muchos de ellos que, ya en ese entonces no había leyes para la protección de los derechos y el bienestar de los animales, por lo visto curioso desde …pequeño.

Por supuesto que de las 8,200 millones de personas estimadas al concluir el 2024 que habitamos en el planeta Tierra, extraer el % de los que no serían curiosas resultaría muy complejo, pero si a ello atribuimos que también conviven con nosotros unos 15 mil millones de celulares[1] y se prevé que alcancen los 18 mil millones a finales de 2025, con 5 mil millones de personas en todo el mundo que usan Internet hoy en día, lo que equivale al 63% de la población total del mundo - pero de añadir “más leña al fuego”, donde los usuarios en el mundo ya pasan más de la mitad su tiempo online en el móvil, representando más de la mitad del tráfico web mundial -, especularía que las personas que desean aprender lo que no se conoce son muchas.

Si la curiosidad se emplease para bien, digamos investigar – actividad imprescindible en la educación, diría que un bastión – al tener acceso a diversos materiales y fuentes de información para el fortalecimiento de lo que aprendemos, profundizar, siendo sometido al análisis, a la discusión grupal, al aprovechamiento óptimo, pero a la vez gradual, con un tiempo racional de “consumo” y NO el actual donde adolescentes que entre 12 y 17 años pasan más de seis horas al día, calificado como un uso abusivo de las pantallas; mientras que uno de cada cinco se encuentran en riesgo de adicción.

¿Otras posibles incidencias o riesgos[2]? Reducción de relaciones sociales; robo y difusión de información personal; acceso a información errónea (fake news); exposición a imágenes y contenido sexual explícito; exposición a contenidos de odio y/o violencia; ciberacoso; acoso sexual; grooming; mensajes que incitan a autolesionarse e incluso a cometer suicidio, etc.

¿Y en lo académico?[3] Bajo rendimiento; dificultades en el desarrollo del lenguaje; problemas de sueño; problemas relacionados con la alimentación; insatisfacción con la imagen corporal; problemas de conducta; menores niveles de autoestima; mayores niveles de depresión; ansiedad; sensación de soledad y problemas de salud mental en general.

Por lo visto la posibilidad de que hayan más “mininos fallecidos” [4] aumenta si los padres, las escuelas, no regulan el uso adecuado de celulares, computadoras u ordenadores, tabletas.

Y para muestra algunos “botones” «… iniciativa remitida al Senado chileno[5], prohíbe su uso en educación parvularia y de 1° a 6° básico, a menos que estrictamente sea necesario para el proceso educativo. Desde 7° básico a 4° medio se plantea regular un uso adecuado y gradual»; «Un nuevo informe de la UNESCO recomienda prohibir los celulares smartphones en las aulas para evitar que distraigan a los alumnos e interrumpan el aprendizaje»[6], …


[1] Fuentes consultadas varias: Cáritas 2023; INFOCOP (Consejo general de la psicología de España)

[2] (ONTSI; 2023; Muppalla y col., 2023; OECD, 2023; UNICEF, 2023; ONU, 2023; Li y col., 2023). Según el último Informe de Seguridad Online de Microsoft, el 74% de los y las adolescentes reconoce haber experimentado alguno de estos riesgos en Internet.

[3] (Ricci y col., 2022; Muppalla y col., 2022; ONTSI, 2023).

[4] La frase “la curiosidad mató al gato” es un refrán que se utiliza para advertir sobre los peligros de la curiosidad excesiva. Se usa para indicar que a veces no es adecuado curiosear demasiado en algo o que alguien está indagando asuntos peligrosos o que no son de su incumbencia; El origen de la frase es inglés y se atribuye al dramaturgo Ben Jonson en 1598, quien la escribió como “care killed the cat”. En el siglo XVI, esta frase se usaba en el ámbito de la medicina para significar los peligros para la salud del exceso de preocupación.

[5] Agosto 12, 2024.

[6] Agosto 10, 2023 Foro económico mundial https://es.weforum.org/

lunes, 3 de febrero de 2025

Mi primer pupú

Hablar de pupú – posible onomatopeya[1] - lo primero que me encuentro en el diccionario es: «pájaro insectívoro, de pico largo y algo arqueado, un penacho de plumas eréctiles en la cabeza, el cuerpo rojizo y las alas y la cola negras con listas blancas, como el penacho. Es muy agradable a la vista, pero de olor fétido y canto monótono»

Que en el caso de pupú – formada por dos sílabas pu-pú, acentuación aguda – que en mi país de origen corresponde al automóvil, lo cual asocio a los ruidos que hacían el tubo de escape (posiblemente), por supuesto término que ha evolucionado acorde con las revoluciones industriales, por ejemplo: bala, cohete, etc.

Mi juguete – como todo niño – consistía en hacerlo rodar en la pequeña sala de la casa, que, por serlo, chocaba con todo, que al principio no me gustaba, pero después (la colisión) me generaba ¿alegría?, como veía en las películas e inclusive quitarle y ponerle las llantas (gomas o ruedas), sin vocación alguna para mecánico.

Que de apretar el botón o palanca a la máquina del tiempo – finales del siglo XX – vi la necesidad (tras garantizar alimentación, vivienda, estudios de la familia) de adquirir un nuevo vehículo de tercera o cuarta mano que al menos me garantizara estar a tiempo en los múltiples centros educativos (institutos, universidades), que a la vez también fuera un factor de seguridad personal y familiar a diferencia del riesgo en buses lo cual no siempre era el mejor.

Las consecuencias de la tercera, cuarta y quien sabe hasta quinta mano del auto – donde se rumoraba que el primero de ellos había sido construido con desechos de los tanques de la segunda guerra mundial, de aquí su dureza del chasis, pero hasta girar el timón que no tenía nada de hidráulico – fueron muy disímiles: por ejemplo, trasladándome a una velocidad razonable de unos 40 – 60 km, a la par se acerca otro vehículo, el conductor baja la ventanilla y me exclama: ¡Señor la llanta o goma de atrás está echando mucho humo!, y aceleró, efectivamente, la humareda parecía la cola de un vestido de novia o en el peor de los casos rápido y furioso (película que su primera secuela saldría en el 2001)

Traté de visualizar el control de la temperatura, pero no me acordaba que no funcionaba, el calor en el interior del vehículo aumentaba (lejos de aire acondicionado y ni siquiera abanico o ventilador), me detuve por un rato (un tanto ilógico, ya que mis estudiantes me esperaban), con la dicha y la casualidad de la caída de un chaparrón de agua, lo que me permitió arribar con mi ‘tanque de paz’ a tiempo. Nota: las pastillas de freno se habían pegado, causantes del pseudo incendio no declarado.

Pude cambiarlo – la cuenta no me daba en reparaciones, recurrimos a un pequeño préstamo y adquirimos otro vehículo (no puedo decir nuevo, pero sí de menos manos), era mucho más pequeño, a duras penas cabía la familia. Recuerdo que uno de los detalles por fuera, era que la marca del mismo en su parte trasera no se apreciaba, digamos que despintada, ¿solución? Buscar un marcador blanco y resaltar las letras FINO.

Estaba tan contento, que me parecía que estaba acabadito de salir de la fábrica del país asiático; pero …; siempre habrá un pero…recuerdan que era muy pequeño, tres cilindros, muy económico, pero poca fuerza… que habiendo ido al cine y parqueado en un lugar determinado, al regreso, ¡NO LO ENCONTRABA!, ¿qué hacer, cuándo ni cerca de estar asegurado?, ¡comenzó la sudoración, el cuerpo se puso frío, como señal de una baja de presión!

No recuerdo cuanto tiempo pasó, pero al acercarme más al lugar donde lo había dejado por última vez, ¡allí estaba! No hubo ninguna iluminación angelical, no, sencillamente mi ‘cajita FINO’, había quedado ‘atrapada’, entre dos grandes camionetas cuyas dimensiones eran 3 veces superior.

Y por supuesto muchas más anécdotas … no los canso y concluyo: Es cierto que toda persona aspira, sueña, tiene derecho a alcanzar muchas cosas partiendo lo de básico: educación, salud, vivienda, pero alcanzable en función de lo que se luche por ello, ya que no siempre el maná nos cae del cielo.



[1] Formación de una palabra por imitación del sonido de aquello que designa; Las onomatopeyas hacen alusión a los sonidos que producen los animales, como, por ejemplo, “miau” para el maullar de un gato.